"El runrún con lo de Vietnam empezó algo antes del verano", recuerda
Juan, uno de los en torno a doscientos empleados despedidos por BQ en
las últimas semanas. "Por aquel entonces nos parecía que iba a ser algo
bueno para los empleados: más trabajo, menor dependencia del mercado
español... No sabíamos nada concreto del acuerdo, ni las condiciones, ni
nada, pero se hablaba de que un grupo vietnamita potente nos iba a dar
mucho juego porque tenía mucho músculo financiero y podía fabricar más y
más barato que entonces".
Juan fue una de las contrataciones que hizo la empresa con sede en Las Rozas para tratar de remontar el vuelo: para BQ, nada había vuelto a ser igual desde 2015,
su mejor año. Fue cuando facturó 244 millones de euros y tuvo casi
cinco de beneficio. Para 2016 la facturación cayó casi un 30%, y aunque
en 2017 hubo cierta recuperación y se vendieron en torno a un millón de
smartphones, el techo de 2015 aún quedaba lejos.
Comentarios
Publicar un comentario