¿Pueden las marcas ser activistas? Ocho ejemplos

Desde una compañía de teléfonos hechos con materiales reciclados hasta grandes empresas como Ikea o Patagonia se involucran en la sostenibilidad de sus productos

Fabricación del teléfono 'justo' Fairphone.

El 6 de diciembre de 2017 Patagonia demandó al gobierno Trump por reducir la extensión de dos áreas naturales protegidas en EE UU, alegando que usurpaba la tierra a los americanos con la campaña El presidente roba tu tierra. Era la primera vez que una marca se enfrentaba a un poderoso gobierno en su compromiso con el medioambiente sin que tuviera nada que ver o un impacto directo en su negocio.

Tony’s Chocolonely nace con la misión de acabar con la esclavitud moderna y la explotación en la industria del cacao. En este momento, hay 2,3 millones de niños trabajando en las fábricas de Costa de Marfil y Ghana, un 90% trabajan en condiciones de explotación ilegal. Según Oxfam, cientos de miles de niños son comprados a sus padres por una miseria, e incluso robados, con el propósito de trasladarles a las plantaciones de Costa de Marfil y esclavizarles. Niños de entre 11 y 16 años, que son obligados a trabajar entre 80 y 100 horas a la semana. Por eso Tony´s Chocolonely compra sus granos de cooperativas certificadas, paga un precio más alto, contribuye a mejorar la vida de los agricultores así como la calidad y la productividad de sus plantaciones a largo plazo. A la vez que incitan a los consumidores a sumarse a la causa.

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