Patinetes eléctricos: de juego de niños a negocio millonario

Los inversores acuden en masa a las rondas de financiación de estos aparatos en todo el mundo

Patinetes eléctricos aparcados frente a la Puerta de Alcalá, en Madrid.
Patinetes eléctricos aparcados frente a la Puerta de Alcalá, en Madrid.
La idea de que nos pudiéramos mover en patinete por la ciudad no parecía realista hace solo tres años. Pero esa percepción está cambiando rápido. Las dificultades para poder circular con el coche en el centro urbano están obligando a muchos ciudadanos a plantearse la opción de la micromovilidad. Primero fueron las motos y ciclomotores, después las bicicletas, y ahora cogen fuerza los patinetes eléctricos. El uso de este medio de transporte está aún en una fase embrionaria. Incluso en Madrid, que está a la cabeza en España —repartió en febrero pasado 9.859 licencias de patinetes eléctricos a 22 empresas —, habrá que ver qué ocurre ahora con esta apuesta tras el cambio en la alcaldía. Pero lo que parece claro es que la fiebre de los patinetes es una tendencia mundial y los expertos apuestan por su crecimiento. Y es que, además de su impacto ambiental, cuenta con una gran baza a su favor: no hay sistema más barato. El coste medio para sus usuarios está ahora en solo 15 céntimos por minuto. El gancho del precio, eso sí, siembra dudas sobre la rentabilidad de las empresas que explotan este negocio.

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