¿Qué fue de Nokia y Yahoo? La adaptación ante entornos cambiantes

 

Las empresas alcanzan el éxito con la misma velocidad que se hunden. Jamás el mundo corporativo se había movido tan rápido

Jerry Yang (derecha), confundador de Yahoo, con un directivo del  Nasdaq, en marzo de 2000.
Jerry Yang (derecha), confundador de Yahoo, con un directivo del Nasdaq, en marzo de 2000. (AFP/Getty)
Corría el año 2000, la psicosis colectiva sobre el efecto 2000 se había apaciguado, en las tiendas españolas aún se veía el euro con recelo y la economía occidental estaba inmersa en una enorme burbuja económica a punto de estallar: la burbuja de las puntocom. Las empresas peleaban con uñas y dientes, gracias a la ayuda de inversores cegados por la conocida como nueva economía, por alcanzar una gran cuota de mercado en Internet a cualquier precio. Esperaban conseguir una gran fama que les permitiera rentabilizar sus servicios. Era la hora de hacerse grande rápido. Internet era un nuevo mundo en el que hacer dinero y las empresas se financiaban a través de capital de riesgo y ofertas públicas.
Yahoo, el referente, consiguió alcanzar una capitalización bursátil de 125.000 millones de dólares ese año. Por aquel entonces, Internet era una gran explanada de portales con información, diseminados por todo el ciberes­pacio, a los que se accedía directamente o a través de Yahoo. Era la Roma del Imperio Romano. Los inversores estaban entusiasmados con esta nueva oportunidad y su dinero parecía estar respaldado por el acelerado crecimiento en ingresos de Yahoo, así que invirtieron en pequeñas compañías de Internet. Estas, para obtener más tráfico y crecer, compraban anuncios en Yahoo. El círculo perfecto.

Más información en:



Comentarios