Ésta es la segunda parte de mi explicación sobre el efecto halo (puedes leer la primera aquí). Un breve resumen de lo que he contado hasta ahora: el efecto halo es un sesgo cognitivo por el cual la percepción de un rasgo particular influye en la percepción de rasgos posteriores en una secuencia de interpretaciones. Debido a este sesgo los seres humanos tenemos una tendencia natural a que nos guste o nos disguste todo de una persona, producto o idea. Hoy hablaré sobre como las empresas, el marketing y la publicidad están utilizando el efecto halo para lograr sus objetivos.
El efecto halo en el marketing
¿Es
aplicable el efecto halo al marketing? Para contestar a esta pregunta
el investigador Richard Shotton llevó a cabo una versión adaptada del
experimento de Asch del que hablé en el artículo anterior. Shotton se
inventó una marca de vodka (para que no tuviese ningún valor previo
asociado) y le colocó estos atributos: “ha ganado premios, refrescante,
satisfactorio, amargo, débil”. Después se los expuso a un grupo de
personas y les preguntó que nota pondrían a una marca de vodka que se
presentase de esta manera.
Más información en
https://medium.com/@hugo_saez/el-efecto-halo-c%C3%B3mo-las-primeras-impresiones-moldean-las-siguientes-ii-89767fb2e23f
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