La cadena de supermercados Dia
cerró en 2018 su peor año, con unas pérdidas de 352 millones, frente a
los beneficios de 101,2 del año anterior, y con un patrimonio neto
negativo de 166 millones. Es decir: está en situación de quiebra
técnica. Las ventas, además, cayeron un 11,3%, hasta los 7.288,8
millones, frente a los 8.217,6 del año pasado (en su día informó de 8.620,6 millones). Tras
estos resultados, la cadena ha anunciado que despedirá a 2.100
empleados en España y cerrará 600 tiendas, 300 de ellas este mismo año.
Actualmente cuenta con 40.384 empleados directos entre España, Portugal,
Argentina y Brasil, a los que se suman otros miles contratados a través
de franquicias.
La
cadena de supermercados está inmersa en una grave crisis financiera y
de negocio. El actual consejo de administración, capitaneado por Borja
de la Cierva, y el máximo accionista, el fondo Letterone del magnate ruso Mijaíl Fridman (que ha lanzado una opa)
se disputan el control de la empresa y pretenden reflotarla con sendos
planes, que incluyen ampliaciones de capital por 600 y 500 millones,
respectivamente. Los gestores de Dia han especificado hoy otros detalles
de su plan estratégico: pasa por tener más productos frescos, menos surtido y más marcas blancas.
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