Las compañías avanzan y se adaptan a los cambios con políticas de empleo abiertas que ilusionen a los empleados
Las riendas de Nielsen Iberia
las lleva desde junio Patricia Daimiel, hasta ese momento directora
general de innovación de la compañía de investigación de mercados y
medición de audiencias. Le toca liderar a casi 500 empleados en una
época de enormes transformaciones, en gran medida digitales. Y lo está
haciendo dándole la vuelta al calcetín jerárquico y colocándose en la
base, y no en la punta, de la pirámide organizativa. “El directivo ha de
estar al servicio de la organización y de su equipo, empoderándolo y
facilitándole el cumplimiento de los objetivos”, asegura. Ella abandera
lo que se conoce como servant leadership (liderazgo de
servicio), crucial, en su opinión, para transitar con éxito por un
periodo de cambios. “Las transformaciones suelen fallar cuando no se
consigue que empleados y asociados entiendan por qué se llevan a cabo;
hay que involucrarlos para que se sientan parte del proceso. El líder
está para clarificar la visión, dar rumbo y sentido a lo que se hace,
transmitir la estrategia; es un papel de guía, de facilitador”, describe
su papel.
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