Zancadillas familiares en el imperio Decathlon

El cambio de dirección en el grupo refuerza el poder de los Mulliez, uno de los clanes más poderosos de Francia
Fachada de una tienda de Decathlon en la calle de Ortega y Gasset, en Madrid.
Fachada de una tienda de Decathlon en la calle de Ortega y Gasset, en Madrid.
Resulta casi imposible en países como España o Francia irse de excursión o hacer algo de ejercicio sin que alguien lleve una prenda o producto de la marca francesa Decathlon. Sus icónicas tiendas de campaña abundan tanto en los campings como en festivales de música o hasta en las calles de ciudades como París, donde las personas sin hogar las usan como refugio precario frente a la intemperie. Cuando hoy se habla de “quechua”, pocos piensan primero en la lengua indígena latinoamericana, sino en una de las principales gamas de productos de esta marca francesa que en las últimas décadas se ha impuesto en buena parte de Europa y del resto del mundo. Pero el nombre clave de esta empresa no es ese. Los que verdaderamente mueven los hilos de Decathlon son los miembros de una familia bien conocida en el mundo empresarial galo, pero mucho menos entre el público general: los Mulliez, la poderosa familia del norte del país que ostenta la mayor parte del capital del gigante de la moda y material deportivo. Y que, desde la semana que viene, controlará también directamente la dirección de la empresa. Como muchas de las otras grandes marcas francesas.

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