La compañía balcánica de telefonía triunfa no solo entre la población inmigrante gracias a sus tarifas simples y su red de pequeñas tiendas colaboradoras
Madrid
Filial del operador rumano RCS & RDS, aterrizó en España en 2008 aprovechando la numerosa comunidad inmigrante rumana –unas 800.000 personas- y dirigió en un principio su oferta a ese público con bonos de prepago que incluían llamadas internacionales. En los últimos años ha diversificado sus objetivos y ahora el 69% de las nuevas altas son de abonados de nacionalidad española.
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